El problema comenzó cuando se decidió realizar las pruebas en el aula magna del centro, y no en las aulas, como hasta entonces. En este aula, el mobiliario consta de unas sillas con paleta adquiridas recientemente, pero que, a juicio de estos estudiantes, no resultan espaciosas para quienes deben emplear material como volúmenes de leyes, calculadoras o reglas. Esta “incomodidad”, denuncian, dificulta que la caligrafía sea correcta e influye en el resultado del examen.